martes, 20 de diciembre de 2011

Un cerdo policía

(SINCENA).
¡Protesto  mi señoría! Protesta a lugar; No podemos permitir que el ser humano sea sacrificado por puro capricho  del Sindicato de Cerdos Nacionales (SINCENA). 
En una lejana ciudad del interior llamada Queseyoqué, había un cerdito bastante perspicaz  e ingenuo que  jugaba ha ser detective, sus compañeros los cerditos y otros animales de la granja como el gato, gallo padrote y demás gallinas curuleca, bromeaban siempre con él diciéndole; ¡pobre cerdito no  conoce su verdadera condición, no sabe que por más detective  que quiera ser, cerdo siempre será. Pero el cerdo no le hacia caso y todo los días al nacer el sol ensayaba sus rutinas de investigación detrás de la verjas de su pocilga, hasta que no le faltasen ni una pista y se sintiera convencido de que el caso ya estaba ganado.  
En un atardecer de esos poco comunes en la granja, mientras llovía y tronaba, llegó al lugar de manera desesperada nuestra amiga la chica, y anunció el final de la granja, el gallo padrote sin titubear dijo a la chiva,  que se dejara de pendejadas porque  en esa granja mandaba él y no iba a permitir que la fina lengua de ella  dañara la armonía de sus inquilinos. El cerdo preocupado por la situación interrumpe diciendo, que dejen hablar a la chiva.
El gallo padrote dejó que la chiva se expresara mientras el cerdo tomaba nota de manera cuidadosa de cada palabra que la chiva iba diciendo, dentro de las razones que daba nuestra testigo sobre  el final de la granja subrayaba  que había visto llegar a la casa del patrón a personas desconocidas montados en animales enormes  con ruidos y sonidos desagradables, y que escuchó cuando uno de ellos preguntó por el estado de la granja y el patrón le respondió “la granja está a su disposición”  y ellos le dijeron “gracias por cuidarla por este tiempo, pero pronto tendremos ausencias, disfrutaremos de deliciosos filetes al carbón”.
 El cerdo subrayó las últimas palabras presintiendo un acertijo importante para resolver este caso. El cerdo interrumpió la narración y descalificando al gallo padrote dijo; No puedo permitir que mi patrón esté en problema, ahora mismo me marcho a la ciudad buscar de un buen filete de carne que pueda satisfacer a los nuevos visitantes, porque a decir verdad nosotros no damos la talla para estar en una parrillada.

1 comentarios:

Ramon Acosta dijo...

Prueba

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