Estimado lectores, esto que viene a continuación es la
primera entrega de unos escritos que no manda un amigo desde Santo Domingo, Dr. José Pappatera para que ustedes
vallan conociendo como debemos conocer el alma de un ser humano reflejado en el
sentir de los enamorados llamados La
Verdad De Los Amores.
A continuación nuestra primera entrega;
Por: Dr. José Pappaterra.
Luego de haber leído varios libros sobre el amor y
haber tomado talleres y diplomados sobre el mismo, no dejando a un lado mi
experiencia personal, podría decir que el amor retiene sus particularidades que
son tan individuales como infinitas acordes con cada ser humano.
Aunque nos guste creer en la divinidad y eternidad
del amor, pienso que deberíamos ser más
humanos y más realistas entendiendo que nuestra condición consiente no nos
permite saber más allá de nuestra vida biológica, lo cual contradice nuestra
creencia de perpetuidad del amor. Con
esto no quiero entrar en conflictos con creencias sobre el amor de Dios o hacia Dios, solo quiero enmarcarme en el
cuadro de lo lógico y cotidiano.
El amor por el que soñamos, por el que muchos le damos sentido a
nuestras vidas, debe de ser visto como
una experiencia humana en su totalidad,
con esto no quiero restarle su majestuosidad o su encanto, solo quiero alejarlo de las novelas rosa, y
las películas románticas de Hollywood.
No me gusta ver el amor como la entrega de mi todo a cambio de tu nada
que te deja vacío), me gusta enfocar el amor como un sentimiento
que te hace ser más menos individualista y más compatible con los demás.
Por mi formación en neurociencias podría hablar de
la dopamina, serótina, oxitócica y otras sustancias que se aumentan o
disminuyen según el estado, curso y
tiempo del amor, pero mi deseo no es hablar del amor en términos bioquímicos.
Mi deseo es hablar del amor como algo cotidiano tan fantástico, que nos produce más satisfacción el alcanzar
un objetivo amoroso que alcanzar otro objetivo en cualquier ámbito de la vida,
de ahí en gran parte que los fracasos amorosos nos cobren las facturas de
sufrimiento y frustración mucho más
caras que en otros ámbitos.
El amor es un sentimiento, una emoción o suma de ellas que estamos en
disposición de compartir teniendo como base nuestro aprendizaje inicial o
nuestro guion de vida. El amor ha sido
una moneda de intercambio tan antigua y efectiva como la humanidad misma.
El amor también es fuente de dolor de frustración y
de crímenes, tan ilógicos y crueles como los producidos por los celos, y otras
desavenencias.
Pero un con su lado
oscuro de dolor y sufrimientos el amor es una experiencia que merece la pena
ser vivida, porque es la fuente de donde tomamos la energía que nos impulsa a crecer, superarnos y ser
mejores cada día.
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