sábado, 6 de abril de 2013

LA VERDAD DE LOS AMORES


Estimado lectores, esto que viene a continuación es la primera entrega de unos escritos que no manda un amigo desde Santo Domingo, Dr. José Pappatera para que ustedes vallan conociendo como debemos conocer el alma de un ser humano reflejado en el sentir de los enamorados llamados La Verdad De Los Amores.

A continuación nuestra primera entrega;

Por: Dr. José Pappaterra.
Luego de haber leído varios libros sobre el amor y haber tomado talleres y diplomados sobre el mismo, no dejando a un lado mi experiencia personal, podría decir que el amor retiene sus particularidades que son tan individuales como infinitas acordes con cada ser humano.


Aunque nos guste creer en la divinidad y eternidad del amor,  pienso que deberíamos ser más humanos y más realistas entendiendo que nuestra condición consiente no nos permite saber más allá de nuestra vida biológica, lo cual contradice nuestra creencia de perpetuidad del amor.  Con esto no quiero entrar en conflictos con creencias sobre el amor de Dios  o hacia Dios, solo quiero enmarcarme en el cuadro de lo lógico y cotidiano.

El amor por el que soñamos,  por el que muchos le damos sentido a nuestras  vidas, debe de ser visto como una experiencia humana en su totalidad,  con esto no quiero restarle su majestuosidad o su encanto,  solo quiero alejarlo de las novelas rosa, y las películas románticas de Hollywood.  No me gusta ver el amor como la entrega de mi todo a cambio de tu nada que te deja  vacío),  me gusta enfocar el amor como un sentimiento que te hace ser más menos individualista y más compatible con los demás.

Por mi formación en neurociencias podría hablar de la dopamina, serótina, oxitócica y otras sustancias que se aumentan o disminuyen según  el estado, curso y tiempo del amor, pero mi deseo no es hablar del amor en términos bioquímicos. Mi deseo es hablar del amor como algo cotidiano tan fantástico,  que nos produce más satisfacción el alcanzar un objetivo amoroso que alcanzar otro objetivo en cualquier ámbito de la vida, de ahí en gran parte que los fracasos amorosos nos cobren las facturas de sufrimiento y frustración  mucho más caras que en otros ámbitos.

El amor es un sentimiento,  una emoción o suma de ellas que estamos en disposición de compartir teniendo como base nuestro aprendizaje inicial o nuestro guion de vida. El amor  ha sido una moneda de intercambio tan antigua y efectiva como la humanidad misma.

El amor también es fuente de dolor de frustración y de crímenes, tan ilógicos y crueles como los producidos por los celos, y otras desavenencias.
Pero un con su lado oscuro de dolor y sufrimientos el amor es una experiencia que merece la pena ser vivida, porque es la fuente de donde tomamos la energía  que nos impulsa a crecer, superarnos y ser mejores cada día.

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